Ya está en marcha Energiaren Puntua

Estamos en plena época de transformación. Nuestro reto actual como sociedad es salir de la inercia de las últimas décadas o siglos y buscar el camino hacia modelos de vida sostenibles. Palabra que hay que escribir con mayúsculas, sin duda. Todo modelo de vida que conocemos en el planeta está en peligro. Si queremos garantizar la habitabilidad de las próximas generaciones, necesitamos desde hoy tener en marcha una transformación profunda.

Entre los factores que provocan la emergencia climática, la transición del modelo energético es nuestra tarea principal. El modelo social actual está basado en el consumo intensivo de energía, y la mayor parte de la energía que consumimos proviene de combustibles fósiles. El objetivo de los próximos años es reducir de forma significativa la energía que consumimos y que la que vayamos a utilizar sea renovable, sin dejar a nadie atrás y preservando territorios y otros sistemas (biodiversidad, alimentación, …).

Para dar respuesta a este reto global es necesario partir de lo local, construyendo nuevos modelos de vida a través del desarrollo comunitario. En el ámbito de la transición energética, las comunidades energéticas locales pueden desempeñar una función central en este camino, desde la unión de la ciudadanía y los agentes locales y el análisis en profundidad del reto, pueden impulsar soluciones concretas que pongan en el centro el empoderamiento y la activación de la ciudadanía.

De hecho, la emergencia climática es una cuestión fundamentalmente cultural, viene de la articulación de nuevas concepciones del mundo y de modalidades permanentes de organización de vidas, si es que se trata de un nuevo modelo de habitabilidad a largo plazo.

En Debagoiena, ya hemos empezado a encender pequeñas llamas. Estamos creando grupos para impulsar la transformación energética y para apoyarlos, hemos creado también la oficina Energiaren Puntua, impulsada por la iniciativa Debagoiena 2030. Energiaren Puntua nace con el objetivo de ayudar a la ciudadanía y a las organizaciones emergentes desde lo local, a crear estructuras y proyectos comunitarios sólidos, ofreciendo un impulso de abajo arriba a la transición energética. En este sentido, las principales estrategias serán fomentar la cooperación y la integración entre las comunidades energéticas.