¿Por qué he entrado como ciudadano en la comunidad energética de mi pueblo?

Mi primera razón para promocionar la cooperativa ARGIÑOLA de Elorrio se relaciona con el medio ambiente. Es evidente que, cada vez más, estamos destruyendo el planeta y que el principal culpable es nuestra actitud con la energía. Consumimos energía como si no hubiera límites, aunque sepamos que los combustibles fósiles se están agotando; y utilizamos combustibles contaminantes como si no hicieran daño, aunque la angustia climática es noticia todos los días y la pandemia nos ha enseñado que el planeta resucita cuando nosotros no lo destruimos.

Una vez iniciado el proceso en el pueblo, me atrajo el equilibrio del grupo promotor: entre los participantes había jóvenes y adultos, parejos en género; había representantes de los principales partidos del pueblo, comunitarios como perfiles técnicos, actitudes audaces y prudentes… Creo en la inteligencia colectiva y ésta se muestra como la más fuerte en grupos equilibrados que se componen de personas diferentes.

Y, sin duda, en la base de esta militancia mía hay una clara visión ideológica. El poder y la riqueza se están concentrando en el mundo en estructuras sin control democrático y la ciudadanía estamos cada vez más débiles ante estos gigantescos grupos de interés. La única defensa que tenemos es la auto organización, la organización de comunidades en la lógica de la proximidad y el autoconsumo para renunciar en la medida de lo posible a la dependencia y construir ámbitos soberanos.

Las comunidades energéticas forman parte de esta lógica, al igual que las iniciativas emergentes en sectores como la alimentación, la silvicultura, la economía social o el cuidado. Y todo esto es muy compatible con dinámicas sociales transformadoras: feminismo, cohesión social, defensa de los derechos de las lenguas minoritarias y de las minorías…

He entrado en Argiñola de Elorrio porque quiero cuidar el planeta y avivar mi comunidad en esa dirección.