Importancia del carácter comunitario en las comunidades energéticas
Los partidos políticos que han acordado el proyecto de Ley de Transición Energética y Cambio Climático de la CAV sostienen que el futuro de nuestro país será industrial, es decir, energéticamente intensivo.
Uno de los objetivos es reducir el consumo energético actual en base a la eficiencia energética. De hecho, la cantidad de energía que se necesitará es tal, que esta opción lleva a definir la transición en un modelo intensivo. Una posibilidad es que toda esa energía que se consume, localmente, se genere de forma renovable. Pero esto también tiene su riesgo: permitir la actividad industrial en los terrenos rurales y dejar en segunda línea la conservación de la naturaleza.
Este modelo no es una transición basada en el decrecimiento, sino en la sustitución de las fuentes de energía para alcanzar la soberanía energética. El decrecimiento es la transformación social, el futuro que deseamos pero que no nos está representando: una nueva organización social que deje de medir el bienestar en la mera acumulación de capital, una cultura que comprenda la necesidad de adaptarse a las condiciones de vida que nos ofrece nuestro pueblo.
Si se quiere que una sociedad que parece una utopía sea una realidad, es imprescindible agitar las conciencias, porque todo empieza por los hábitos de consumo individuales. Menospreciar lo que proponen los demás no nos empodera, porque la clave está en organizarnos y construir.
Por eso hay que potenciar y cuidar los espacios que se basan en el carácter comunitario a nivel local. Las comunidades deben pensar en el futuro que quieren y pasar a ser sujetos activos, porque esta es la aportación más válida que podemos ofrecer como individuos.
El objetivo de los próximos años es reducir de forma significativa la energía que consumimos y que la que utilizamos sea renovable, sin dejar a nadie atrás y cuidando el territorio, la biodiversidad, la alimentación, etc. Por tanto, tenemos que ser conscientes de los hábitos de consumo, responsabilizarnos, organizar la sociedad que deseamos y desarrollar entre todos propuestas basadas en la soberanía. Esto es lo que permiten las Comunidades Energéticas.